La espiritualidad de la salud se encuentra en el núcleo mismo de la Pastoral de la Iglesia. Es amor, ternura, compasión, compañía; la escucha, la asistencia, la consolación, provenientes de Dios. Intentamos ver a Jesús en el hermano que sufre. Rezamos, reflexionamos y visitamos a los enfermos, nuestros hermanos.