Oración de un catequista
Señor, quiero saber cuál es mi misión, la que
Tú me confías, no la que yo he soñado.
Sabes que estoy reuniéndome en la parroquia
con jóvenes confirmados. ¿Es eso lo que deseas? Tú me conoces, Señor, y sabes que no soy maravilloso.
Reconozco que es
un honor el que quieras contar conmigo para llevar a los jóvenes hacia Ti.
AQUÍ
ME TIENES, SEÑOR Y AQUÍ TIENES MIS
MANOS...
Puede que no estén
muy limpias, pero Tú puedes limpiarlas; últimamente están ásperas, pero Tú
puedes suavizarlas mejor que nadie; puede, Señor, que estén vacías, pero eso te
permitirá llenarlas a
Ti.
GRACIAS por tanta
gente maravillosa como pones a mi alrededor, gracias por tantos ejemplos de
vidas totalmente entregadas a esta hermosa tarea que Tú llamas REINO. GRACIAS
porque, cuando me hundo, siempre estás Tú para levantarme de
nuevo.
CUENTA CONMIGO. Sé
que los maestros artesanos hacen maravillas con humildes herramientas. ME PONGO
EN TUS MANOS, CÓGEME, SEÑOR, porque necesito sentir TU CALOR. ¡QUE TUS SUEÑOS
SE HAGAN REALIDAD EN MI!
José Miguel
(Adaptación
de un texto de: El Dios de cada día)
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